ACTUALIDAD

LA CUENCA DEL RIO LA VILLA

INTRODUCCIÓN

El proyecto de Ordenamiento Territorial Ambiental de la Cuenca del Río La Villa, se enmarca en parámetros asociados a la unidad reguladora y gestora de la gran mayoría de las actividades dentro del área en mención. Este Ordenamiento, depende igualmente del estudio y análisis de componentes especializados que coadyuvan a definir áreas y zonas de importancia e interés, así como aquellas que pueden ser de riesgo potencial para determinadas actividades. La geología, que  aunque en este caso es aproximada e inferida desde mapas previamente confeccionados por instituciones del Estado Panameño[1], contempla elementos adicionales que forman parte de investigaciones y análisis realizados para abordar fenómenos puntuales dentro de esta cuenca. De esta manera, es uno de los componentes trascendentes para la debida comprensión del comportamiento de los suelos, las rocas, sedimentos y sobretodo de la disposición espacial de otros elementos externos sobre la superficie del terreno, mismos, que introducen nuevos efectos y presiones sobre la estabilidad del entorno físico y natural.  Es necesario destacar aquí, la multiplicidad de unidades administrativas que se comparten este territorio y la disposición espacial de los componentes geológicos, al igual que los ambientales, deben permitir focalizar las acciones y tareas fundamentales de un ordenamiento que contemple la integración y coordinación en beneficio de la salvaguarda de un recurso que es vital para la vida de las poblaciones que actualmente lo usufructúan.  La condición geológica, es previa a cualquier modificación sobre la superficie y como tal, cualquier elemento debe ser remitido a esta, para evaluar los efectos que pueda producir.

En el presente informe sobre la geología existente dentro de la cuenca del río La Villa, se exponen elementos básicos sobre las unidades litológicas, su disposición dentro de la cuenca, las rocas más características, los fallamientos que han afectado a estas unidades litológicas y que finalmente en conjunto con los fenómenos meteóricos, han moldeado la superficie dejando sectores con elevaciones abruptas, cerros, colinas y valles conjuntamente con planicies a lo largo del cauce hasta la desembocadura en el Golfo de Parita. Esta singular disposición de elevaciones y planicies, tiene su origen en los tipos de rocas y en especial de los suelos que a partir de éstas se forman. Las características físicas y geotécnicas, igualmente responden a las unidades litológicas y juegan un papel importante en todo cuanto sobre de ellas se establezca. De esta manera, contando con elementos geológicos y su comportamiento, tendremos una herramienta para la planificación y delimitación de sectores para su desarrollo. Igualmente, para definir la vocación, uso y beneficio de otros, cuidando así los riesgos y contradicciones futuras.

LOCALIZACIÓN

La cuenca hidrográfica del río La Villa, se localiza en la parte central de la península de Azuero. Ubicada entre las cordilleras de El montuoso y El Canajagua principalmente, sus márgenes, cauce y potencial hidráulico se encuentran compartidos por la provincia de Herrera y la provincia de Los Santos. Los nacimientos principales de este río, se ubican en la cordillera de El Montuoso, aunque afluentes secundarios con singular importancia y potencial se registran hacia los territorios de la provincia de Los Santos como es el caso del río Estibaná. Desde el punto de vista geológico es parte del complejo  volcánico sedimentario  que conforma toda la península (ver gráfica 2).

DRENAJES

En principio, el drenaje del río La Villa, está representado  por el cauce principal y sus afluentes más importantes conjuntamente con los tributarios; que conforman la cuenca. Uno de los principales nacimientos se registra en las faldas del cerro El Ñuco, que cuenta con 866 msnm., otro  brazo importante, se localiza en las cercanías del cerro El Montuoso cerca de la localidad de Tres Puntas. El río La Villa, cuenta con numerosos afluentes que aportan caudales diferenciales desde la cuenca alta hasta la cuenca baja. Entre los  de mayor importancia se pueden citar a el río El Gato, el río Tebario, río Esquiguita, río Estibaná, quebrada Piedras, quebrada Grande y finalmente la quebrada Pesé. En general, el río tiene una longitud de recorrido de aproximadamente 128 kilómetros desde el nacimiento hasta  la desembocadura en el Golfo de Parita. En conjunto, los drenajes principales, suman un total de 276.1 km., para abarcar una superficie de 122,048.00 hectáreas cubiertas de remanentes de bosques, en sus partes superiores.

GEOMORFOLOGÍA

Los aspectos morfológicos dentro de la cuenca del río La Villa se fundamentan en la diferencia claramente definida por las alturas respecto al nivel medio del mar. Estos accidentes geográficos sobresalientes, están representados por las elevaciones  de la Cordillera de El Montuoso ubicada principalmente dentro de los límites jurisdiccionales de la provincia de Herrera, (ver foto 12) el grupo montañoso del cerro Canajagua, en la provincia de Los Santos. Estas estructuras delimitan el área de la cuenca, así como los valles entre montañas. El aspecto más sobresaliente es en definitiva  el valle del río la Villa, que se origina de manera encajonada  en rocas volcánicas en la cuenca alta conjuntamente con sus principales  afluentes. En este sector de la cuenca  los drenajes muestran una estructura tipo dendrítica desde el norte hacia el cauce principal. En la cuenca media,  las elevaciones son más suaves, redondeadas y los drenajes se alinean  con los elementos tectónicos regionales (fallas). Hacia la cuenca baja y desembocadura, se encuentran las llanuras aluviales donde se registran hasta tres terrazas en el cauce principal. De igual forma, se localizan meandros  abandonados a partir de la comunidad de  Los Olivos y se acentúan hacia la desembocadura donde se han identificado hasta cuatro secuencias de meandros durante los períodos de transformación y cambios geomorfológicos de la cuenca baja y en especial en la parte de del delta, que cuenta además con restos de una antigua desembocadura orientada  hacia el Este Noreste, conocida como “boca vieja”.

En cuanto a las elevaciones más sobresalientes, se pueden mencionar aquellas que conforman parte de  la cordillera de El Montuoso y que constituyen el margen Oeste de la cuenca, algunas como  cerro Alto Higo con 953 metros, cerro Ñuco con 866 metros;  hacia el Sur Este, encontramos al cerro Canajagua con 829 metros sobre el nivel del mar. Hacia el Sur Oeste, encontramos al cerro Manglillo  con 997 metros.

En general, las regiones montañosas que limitan la cuenca están constituidas por rocas efusivas, lavas de tipo andesítico–basálticas que conforman la cadena montañosa del El Canajagua, mientras que las rocas del Cretáceo Superior conjuntamente con las granodioritas, garbos y cuarzodioritas, constituyen la cordillera de El Montuoso, lo cual define las formas y alturas del terreno en cada caso. Las áreas bajas y llanuras, están representadas por rocas del Eoceno-Oligoceno y generalmente de origen sedimentario tobácico. Estas rocas son muy propensas a la erosión y acción mecánica de las aguas superficiales, por lo que definen un paisaje más plano y de elevaciones suaves.

Los cauces de los ríos y afluentes, igualmente cuentan con lechos rocosos tallados en basaltos y aglomerados basálticos en sus nacimientos dentro de la cuenca alta y se observa una gran cantidad de bloques y cantos rodados de estas rocas acompañadas de bloques de cuarzodiorita acumulados en lechos  y recodos.

En general, la topografía dentro de la cuenca, está claramente definida por la presencia de los tipos de rocas que la conforman y que igualmente reflejan una diferencia en la morfología. Las partes más planas y llanuras, se localizan en la cuenca baja cuyas altitudes oscilan entre los niveles del mar hasta los 200 metros sobre el nivel del mar, luego le sigue una serie de cerros y pequeñas colinas hasta los 400 metros sobre el nivel del mar. A partir de los 400 metros hasta las máximas alturas localizadas en El Montuoso, la topografía es abrupta y encajonada por las características de las rocas volcánicas e intrusitas que realmente dominan esta parte alta de la cuenca del río La Villa.

TECTÓNICA

La península de Azuero, tiene un marcado sistema de fallamientos  asociados a los eventos tectónicos regionales emanados por la presión de las placas tectónicas desde el Sur (Nazca y Cocos) que durante el desarrollo del istmo, en especial durante el final del desarrollo de los plegamentos alpinos, que de manera diferencialse reflejan en el ascenso del istmo y sectores puntuales como la peninsula de Azuero dentro de la cual se encuentra la cuenca del rio La Villa. Esto, permitió movimientos  acrecionales del basamento  océánico  en contraposición con la placa del Caribe, dejando al descubierto rocas sedimentarias antiguas del Cretáceo en su extremo Sur Oeste, así como secuencias sedimentarias hacia en centro de la península (La Miel). Dentro de los márgenes de la cuenca del río La Villa, los fallamientos y fracturas se observan claramente dado que tanto la topografía y la hidrografía reflejan fielmente estas condiciones del terreo. El mismo cauce del río en su gran mayoría está construido sobre fracturas y fallamientos regionales. Es evidente, la influencia de la falla Tonosí (NO – SE), así como la Falla Ocú, (E-O); y que forman parte del complejo tectónico que controla la distribución espacial de las diferentes unidades litológicas en la península y por consiguiente dentro de la cuenca.

A todo esto, el sistema de fallas existente evidencia los procesos tectónicos de la región. En la  cuenca, se pueden observar fallas de carácter regional como  la que corta la cuenca e la altura de las Cabras, Rincón Hondo, La Colorada  y en cuyo borde afloran calizas grises. Además, fallas menores a lo largo de las  cuales tenemos al río Esquiguita, Quebrada Grande y el mismo río La Villa. Pero a pesar de los fallamientos, las rocas juegan un papel importante así como por la dureza y el grado de fracturamiento, que permite la construcción de cauces encajonados y sectores con amplios desplazamientos de los mismos dada las características  de erosión de la rocas y los suelos que conforman.

Cabe destacar también que las regiones sedimentarias cretácico-eocénicas asociadas al monoclinal, guardan peculiar relación en su deformación al alinearse con las fallas regionales, lo que ofrece una paisaje de lomas y cadenas de montículos alineados Este –Oeste; similar al sistema de fallas que predominan en esta parte del país.

SITIOS DE INTERES MINERAL

Los recursos minerales del país y en especial aquellos contenidos dentro de los límites de la cuenca del río La Villa, se encuentran regulados para garantizar tanto la exploración, como  el beneficio de los mismos orientados a satisfacer las necesidades y demandas de las poblaciones. Los sitios de interés mineral, mantienen relación con el tipo de mineral y beneficio que se desarrolla. Dentro de la cuenca encontramos dos clases de minerales: Los minerales metálicos y los minerales no-metálicos. En el caso de los primeros, la presencia, está determinada por las ocurrencias y estudios que se han realizado por décadas a lo largo de nuestro territorio. En relación a los minerales no- metálicos, el uso y beneficio por parte de las poblaciones en especial para la construcción aporta un elemento que aunque es regulado por ley, tanto la exploración como el beneficio es mucho más intenso que en el primer caso. A este respecto, existen leyes y modificaciones adecuadas al beneficio dentro de los municipios. En este caso la ley Nº 55 de julio de 1973, que permite los derechos de extracción. Igualmente la ley 109 de octubre de 1973, así como la ley 106 de octubre de 1973 sobre el “Régimen Municipal”, son algunas disposiciones que en conjunto con el Código de Recursos Minerales, constituyen una herramienta para las exploraciones y beneficios minerales a nivel nacional y especialmente dentro de la cuenca. No obstante, la identificación y delimitación de áreas potencialmente mineras, se efectúa al momento de formalizar una concesión de exploración y/o beneficio. En realidad, la disposición espacial de los recursos y su delimitación debe servir de guían en el ordenamiento ambiental de la cuenca, dado que su beneficio generalmente acarrea inconvenientes hacia los recursos naturales y poblaciones que se establecen cerca de estas fuentes de extracción sin ninguna regulación. A continuación, se presenta una explicación en cada caso, que en conjunto con el mapa de recursos  minerales podrá orientar las tareas en materia de implementación.

SITIOS DE MINERALES METÁLICOS.

Teniendo en cuenta el criterio geológico y fundamentalmente el criterio magmático para la asociación de ocurrencias minerales respecto a los diferentes tipos de rocas existentes sobre la superficie terrestre; dentro de la cuenca del río La Villa, se pueden definir sectores con un potencial mineral en torno a los cuerpos intrusivos existentes como es el caso de El Montuoso. Las ocurrencias  minerales en este caso, se manifiestan principalmente en la cuenca alta y media donde predominan las rocas volcano-magmáticas y en donde se observa la mayor cantidad de sitios con alteraciones minerales. De igual manera, las concesiones mineras de exploración para minerales metálicos, se ubican principalmente en torno a las rocas volcánicas más antiguas  de la península de Azuero y que precisamente se localizan en su mayoría dentro de la cuenca alta del río La Villa. El intrusivo El Montuoso, como parte del batolito que dejó aflorar el magma cuarzodiorítico y que aportó calor a las rocas; permitió el intercambio y la posible concentración de minerales metálicos en las rocas  volcánicas preexistentes; es el punto central, para una diversidad de exploraciones con miras a definir ocurrencias minerales de potencial económicamente rentables adecuados para la industria de la minería. En la cuenca alta se encuentran 12 concesiones de exploración  para minerales metálicos y las mismas cubren un área aproximada de 400 kilómetros cuadrados. Estas, cubren y circundan el extremo oeste de la cuenca del río La Villa. Esta  situación, aporta un elemento importante en las características geológicas dentro de la cuenca que deberá ser analizado para establecer normas y regulaciones  adicionales a los existentes, con miras a la exploración y beneficio de estos recursos minerales en asocio al ordenamiento ambiental.

Es importante considerar, que gran parte de estos sitios, donde actualmente existen concesiones de exploración se asocian a antiguos laboreos artesanales desarrolladas los por habitantes de estas zonas entre los que predominan, los asentamientos prehispánicos y durante el período colonial, que incrementó la búsqueda de minerales preciosos (oro). De esta manera, dentro de la cuenca del río La Villa, se pueden identificar algunos de estos sitios, tanto en las riveras del río, como en áreas sub montañozas aledañas. En la cuenca alta por ejemplo, la mina de El Gallo en Las Minas, es uno de estos sitios de laboreo minero para extraer oro, de igual manera en la cordillera de El Montuoso hacia el área del Toro, donde además de la presencia de asentamientos indígenas, hay evidencias por los hallazgos de entierros. En La Pitaloza-Bejucosa y en la quebrada del mismo nombre, en la actualidad se mantiene una actividad de extracción artesanal de oro de aluvión así mismo en cauce del río La Villa a la altura del cerro Peñón.  Además, de este mineral, se tienen evidencias de laboratorio asociados a ocurrencias de cobre, hierro principalmente.

SITIOS DE MINERALES NO-METÁLICOS.

Uno de los pilares del desarrollo y la construcción lo constituyen los minerales no-metálicos donde se incluyen desde la arcilla, la tosca, la arena, la piedra de cantera o basalto y los corales. En la cuenca media y baja del río La Villa encontramos una gran variedad de estos minerales, que hasta la fecha se extraen y benefician de acuerdo a la demanda y necesidades de las poblaciones, bajo las regulaciones municipales de acuerdo a la ley 109 y el código de Recursos Minerales.(Ver gráfica de minerales no-metálicos,foto 2) En el mapa de caracterización, se ubican los sitios de mayor incidencia de estos minerales no-metálicos y que registran algún grado de beneficio. Las tosca y la piedra de cantera ( basaltos, andesitas y aglomerados de basaltos) son los más utilizados y beneficiados en la actualidad.

OBSERVACIONES:

En el marco del ordenamiento ambiental de la cuenca del río La Villa, se hace necesario tomar muy en cuenta las características geológicas que se presentan a lo largo y ancho de esta tan importante cuenca de la región de Azuero. La carga dinámica que experimenta la cuenca de manera diferencial en todos y cada uno de sus componentes, es de hecho una razón para implementar mayores trabajos de localización, identificación y descripción de sectores potencialmente destinados a desarrollos mineros. Esta situación conlleva una proyección a mediano y largo plazo  para  el territorio dentro de la cuenca.

Durante la evaluación del componente geológico, se han identificado estructuras montañosas y fallas locales que guardan relación con alineamientos regionales, que en su mayoría sirvieron de vehículo para el ascenso de fluidos magmáticos mineralizantes, para movimientos y transformaciones del paisaje superficial y en la actualidad, describen en gran medida la topografía y geomorfología.

Dentro del marco legal, se han localizado sectores que presentan niveles de interés para la exploración mineral y otros sitios, con actividades de extracción y beneficio reguladas solamente por leyes municipales y algunas cumplen con el régimen del código minero de Panamá. Esto sin dudas, es un fenómeno que deja abiertas situaciones contradictorias que afectan un racional beneficio de los recursos y además una arbitraria implementación de las regulaciones ambientales.

RECOMENDACIONES

En cuanto al potencial minero dentro de la cuenca, es necesario estructurar un mecanismo que fortalezca los criterios sobre concesiones de exploración, beneficios y la coordinación e intercambio de información entre instituciones como Recursos Minerales (MICI), MIVI, Ministerio de Planificación, así como con aquellas dedicadas a la investigación y las autoridades correspondientes locales.

Es necesario formalizar un estudio más profundo relacionado a la viabilidad y utilidad de los recursos minerales dentro de la cuenca, así como la proyección de su uso asociado al crecimiento y demanda de los mismos por parte de las poblaciones.

Establecer un plan para zonificar las áreas con potencial minero en coordinación con las instituciones que mantienen injerencia dentro de la cuenca y así, establecer demarcaciones bajo criterios multidisciplinarios.

Establecer zonas de exclusión en torno a los recursos minerales que sirven y/o servirán para fortalecer y mantener un desarrollo socioeconómico y ambiental dentro de la cuenca.

Impulsar el estudio y confección de mapas de riesgos, asociados a un ordenamiento del territorio basado en los componentes ambientales, sociales, económicos que contemple igualmente las características geológicas del terreno.

Los sectores que en la actualidad se encuentran bajo el régimen de concesiones de exploración minera de hecho son un elemento determinante para el establecimiento de zonas de exclusión. Estas deberán normarse para regular el establecimiento en sus cercanías de construcciones que en el futuro puedan entrar en contradicción con el beneficio de los minerales identificados. De igual manera, existen sectores que por su vocación   deben considerarse  de recreación esparcimiento y desarrollo urbano dadas sus características geomorfológicas y del desarrollo que ya experimentan.

A este respecto cabe señalar que  en las riveras de la cuenca baja del río La Villa a partir de la población de los Olivos de Los Santos se han identificado bajos aluviales que corresponden en su gran mayoría a cauces y antiguas terrazas de anegación del río. En estas riveras, igualmente se recomienda implementar un estudio y zonificación para uso y beneficio de los suelos de acuerdo a las características geológicas y arqueológicas que poseen.

Dentro de esta cuenca baja, en el distrito de Los Santos, específicamente la zona comprendida dentro del corregimiento de La Villa y en la localidad de  San Agustin-El Bongo, que en la actualidad cuenta con estructuras  de uso y beneficio público [Una moderna planta potabilizadora del IDAAN, la toma de agua para abastecimiento de las ciudades de Pesé, Chitré y Los Santos] y en su entorno se registra un desarrollo urbano; juntos, son indicadores potenciales de que una actividad minera, así como otras actividades que entran en contradicción con este uso actual de los suelos ya debe ser excluyente y rigurosamente fiscalizada.

Otra de las recomendaciones generales que me permito indicar es el inicio de estudios y análisis detallados en conjunto con centros educativos del área, para el establecimiento de mapas de riesgos en donde se contemple la geomorfología, la geología y constitución del terreno para  prevenir y establecer zonas de exclusión o con potenciales riesgos. Estos mapas de riesgos, son igualmente el resultado de serie de variables y elementos que pueden influir en el medio natural o también, pueden ser influenciados por factores internos y externos, causando desde deterioro a estructuras físicas, como desastres y pérdidas humanas y materiales. Estos mapas, fundamentalmente aplicables a sectores destinados para el desarrollo urbano, industrial o recreativo, cobran suma importancia dado que permite establecer parámetros para prevenir y mitigar o controlar si es el caso antes durante y con posterioridad a los desarrollos.

Dejar abierta la posibilidad de aplicar zonificaciones detalladas a nivel de distritos de la existencia de recursos minerales, su potencial uso y la proyección futura de los mismos.

Con estas recomendaciones, aunque de manera general dentro de  la cuenca, espero se tomen en cuenta todos los criterios posibles y establecer las bases para un ordenamiento territorial de usos del suelo y las superficies armónico con  el entorno natural.

Referencia: El documento original corresponde  al componente  de geología dentro del “PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL AMBIENTAL DE LA CUENCA HIDROGRÁFICA DEL RÍO LA VILLA, EN EL ARCO SECO DE PANAMÁ

Tierra Grande

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